A Marco Pulido
Hubo contigo cielos abiertos,
en el Frontón México,
gratificación a perros que fueron por
el bumerang, la pelota, el bikini
de la vecina buenísima,
huesos que sacaron bajo tierra
Hubo contigo recuerdos,
orillas de pan que no comimos,
lobos que se escaparon al bosque
y aúllan a lo lejos en espejismos macabros,
bajo la lluvia
cuando todos se fueron
Cuando tuve miedo
Cuando papá había muerto
Y decidimos pintar de azul la casa
de Guadalajara
Nunca más la soledad a eso de las seis de la tarde,
ni el dragón de abismos de la madrugada
Ni el niño que no quiere levantarse de la cama
Luis Daniel Pulido
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