viernes, 28 de diciembre de 2018

WE ARE MOTORHEAD (AND WE PLAY ROCK AND ROLL)




Mis amigos no fueron activistas
ni caminaban con la verdad bajo el brazo
ni liberaron tierras para padres ejemplares;
se detenían a mirar casas de dos pisos,
hurgaban la ropa sucia por unas monedas,
seguían el imaginario rastro de sangre
del linebacker

Se preocupación mayor, quizá, la desaparición
de las abejas y los caballos salvajes y la gran pradera

Mis amigos no fueron parte de una tenaz
oposición al gobierno
ni estudiaron  en escuelas rurales
ni levantaron una sola tormenta a nombre y honor de los caídos;
sembraron donde la lluvia no cae para lavar las heridas
y nada se asume como inquebrantable,
donde uno se despide y permanece erguido como parte
del tedio del horizonte y de vez en cuando se caminan las calles
y los mástiles y los enorme navíos y lo hondo de las aguas
espantan los pájaros de la tarde

Mis amigos no gritaron consignas con sindicatos
de maestros –ese millón de Mesías– en plazas
donde ellos, jamás, fueron los muertos;
no asumieron el ejercicio radical de redención
por el prójimo

Su mayor virtud es que fueron peleadores de barrio,
que se enamoraron en las viejas estaciones de trenes de Osaka,
que están muertos y son una isla en llamas

Luis Daniel Pulido

domingo, 23 de diciembre de 2018

MAGDA & THE PINHEADS




En la secundaria era la niña más bonita,
devota de Jehová y esos manuales
de orientación y sapiencia y mustio
decoro Alfonsino (algo que le comenté
en esas reuniones de generación 30 años
después y supongo no me entendió)
cuyo peso en oro se disputaron agricultores,
anacoretas, aspirantes a oficiales del reino
priista y hasta maestros

Recuerdo sus ojos verdes,
la serpiente emplumada y cierta inmundicia;
recuerdo el espacioso salón de clases,
el tigre perezoso de mi adolescencia,
que era el mejor de la clase

Era en la secundaria la niña más bonita,
páramo de vida, musa renacentista,
aceituna de mi martini, la Onda Vaselina

Pero a ella qué le importan los barcos desamparados,
los veleros que se agitan, el oleaje del conocimiento,
‘el rock and roll de los idiotas’

Un mariachi desafinado y la “música regional mexicana”
son la estructura emocional de las cosas

Y yo –viejo– me quedo en los pequeños recorridos
a poemas que hacen de tijeras al podar el césped

Luis Daniel Pulido

jueves, 20 de diciembre de 2018

EL BLUES QUE DECLARA A UN HOMBRE INOCENTE DE TODOS LOS CARGOS



Supongo que no soy el único
que sale a caminar solo por las calles,
que al menor pretexto se busca
un amigo para hablar de futbol, 
del porcentaje a ganar en una inversión 
con una firma de arquitectos,
de mujeres que amamos 
y con los años se reducen a la mitad; 
del humor inglés sobre esas cosas 
como el adulterio, cláusulas vejatorias: 
sí, el divorcio

Supongo que en algunos casos
uno se puede topar con hombres bomba,
historiadores, un círculo que gira sobre sí mismo,
una sexy Caperucita Roja

Uno sabe que al caminar solo por las calles
lo pone bajo un peligro luterano,
una ex novia celosa,
un león –el de la Metro Goldwyn–
que me despierta cerca de la dulce voz
de una mujer que me dice que todo,
todo es un sueño

El sudor frío en la frente
–se los juro–
no sé a qué se debe

Luis Daniel Pulido

domingo, 9 de diciembre de 2018

PRESENTACIÓN



En Tuxtla Gutiérrez, próximo viernes 14 de diciembre, 7 de la noche

viernes, 7 de diciembre de 2018

BREVE HISTORIA DE UNA DISCULPA QUE NO FUE




La sugerencia fue que me disculpe
–ese hábito de querer sacarle sangre a las piedras–
un psicólogo que deja correr el agua tibia en la radio,
un terapeuta, pues, de pareja

El terapeuta insiste como si se tratara
de tirar el cepillo de dientes,
el gramo extra de polvo en la foto,
los anaqueles semivacíos de libros,
las postales en sepia, la televisión abierta

El terapeuta –ya enojado– insiste en que maté al gato,
no le puse agua a las plantas, que hice manita de puerco

Y yo, sincero, con mi voz de trueno, le digo:

Oblígame perro

Luis Daniel Pulido

jueves, 6 de diciembre de 2018

¿TRAES TUPPER?





En esto del estira y el afloje
hay circunstancias naturales y fortuitas:
respeto total en las citas previas,
derechos humanos por todas partes,
cooperación social por la equidad de género,
mentira que nos gusta el ‘canto nuevo’

En beneficio de la pereza te descalzas
y andas por ahí pellizcando un queso,
hurgando mis libros, llevando de aquí para allá
tu pequeña dictadura de “mujer de filosofía y letras”

El estira: Hay poetas que pasan días sin tocar tierra

El afloje: La escalera en espiral será el aguijón que te despierta

Luis Daniel Pulido

domingo, 2 de diciembre de 2018

NO TEMAS A LOS RELÁMPAGOS




–No estés triste Tania ¿Qué quieres? Anda, pídemelo
–¡Una retroexcavadora!


Va:

Que no olvide darle la arrachera refrigerada
a nuestro dinosaurio

Que te regale una retroexcavadora,
un embalse, elotes dulces, una torre

Que puedo hacerlo, que has visto
como entre mis dedos dejo caer
una autopista hasta Liechtenstein

Que no sea malo:

Que deje a Balthus hilar las fibras
de la tormenta

Que el relámpago dialogue con el metal
a señas

Escucha el caracol de luz que unto en tu pecho

Te toca a ti desdoblar el estruendo

Luis Daniel Pulido


martes, 20 de noviembre de 2018

CAROL DANVERS ESTÁ AQUÍ




La vi entrar –lo tomo como la primera fase
de retracción mientras hablaba de no sé qué,
algo sobre evitar segundas mitades de siglos oscuros,
el judaísmo medieval, ideas de redenciones
propias de la condición humana

La vi entrar –altiva al pisar tierra de mamones,
mientras yo hablaba del juego de ayer:
Kansas City contra Carneros en lengua toscana
de principios del siglo veinte;
evitaba, pues, el número de poetas que le escriben,
alzar la mano derecha en señal de pedir la cuenta

Sudaba. Como puerquito. Sudaba.
Y por el Dios de Asgard –lo juro– vi cómo volvían
del puerto los muertos

Le ofrecieron el Instituto de la Mujer,
los ecos de montañas jamás visitadas

Y yo sólo alcancé a decirle “Murió Stan Lee, sabes”

Luis Daniel Pulido

domingo, 18 de noviembre de 2018

MUNA D.





Ocurrieron hechos profundos y perdurables,
recuerdo –por ejemplo– las figuras luminosas
de una discoteca de los 70,
la radio con su cancel abierto
y el pájaro migratorio de la música;
intervenciones militares estadounidenses y soviéticas
y un sólo hombre que pedía un alto a la guerra

Tendría ocho o nueve años
y veía esos “raros peinados nuevos”,
la fruta prohibida,
el sudor de hombres y mujeres que la mordieron,
el desayuno –pan y miel– en la hierba

Vi a lo lejos un país: Líbano,
el alba en rojo como guardián en cada esquina,
(a ese país lo iluminaban las bombas desde afuera)
un dios que no era un tema oceánico sino un pedazo
de tierra: las luces apagadas de un aeropuerto

Y cuando volví hacia el espejo vi a un hombre
de cuarenta y nueve años

Un disco de rock en la tornamesa

Luis Daniel Pulido

miércoles, 7 de noviembre de 2018

SIN AVISO PARA NAVEGANTES




Te acuerdas Gina cuando confundieron las nalgas
de Sharon Stone con las tuyas –era una foto por supuesto–
y quien iba a cambiar el mundo mordía una quesadilla
–que era su forma de apretujar las palabras–
a saber que su lucha social no pasó de los primeros pasos,
de la navegación de usuario y los libros asignados

Game Over

Te acuerdas Gina cuando fui a Guadalajara
y buscamos la casa de mi padre,
la ojiva con puntos cardinales,
eso que llaman –maldita sea–  estadísticas
y probabilidades

Te acuerdas Gina del futuro cercano,
la persona entrañable,
la máquina que trituraba pájaros,
el monstruo que nos espiaba en la coladera

Te acuerdas de las fotos desperdigadas en el suelo,
el fantasma esquivo y las zonas agrestes de las laceraciones

Te acuerdas, Gina, te acuerdas

Yo sé que te acuerdas

¿Puedes decirle a mi madre que ya estoy aquí?

Luis Daniel Pulido


domingo, 4 de noviembre de 2018

ELLA USÓ MI CABEZA COMO UNA AXILA




Ya no hubo cuchi cuchi,
maravillas helénicas y barrocas,
ya no te depilaste

Que si el apremio de los Conquistadores
–la pifia de los machos en la Historia,
los salmos expiatorios de los Aztecas,
entremeses (ahora) para candidatos independientes

‘Que hombre blanco hablar con lengua de serpiente’
citas a Sabina y a Krahe, el zaguán independentista,
paso marcial de mujer que se libera

Ya no hubo cuchi cuchi,
bolis de rompope, merienda

Veo cómo un oso desaparece en tus axilas

Ella me apunta a la cabeza

Luis Daniel Pulido

martes, 30 de octubre de 2018

VOZ EN OFF (TERCER MOVIMIENTO)




Siempre habrá un lugar,
un espacio libre de lógica,
libre de formas; no el poema
reconocido por críticos,
sino el de la felicidad incompleta, 
porque la vida es así:
un poco de sol detrás de las nubes, 
un malecón para desterrados,
un niño que juega al justiciero,
un adulto que no sabe hacerlo

Siempre habrá un lugar,
una isla desierta,
una equis en un examen,
el pez que muere por la boca,
el planeta que sale de órbita,
el testimonio de los que participan

Una botella de whisky abierta

Luis Daniel Pulido

domingo, 28 de octubre de 2018

EL BLUES DEL PORTERO MENOS GOLEADO DEL TEC REGIONAL CON SU MÁQUINA DEL TIEMPO Y LA MUCHACHA MÁS BONITA DE LA ESCUELA




Me acuerdo de ti
–los navíos se hundieron en flores blancas,
el acero al rojo vivo apagó los sonidos,
el rock era nuestro globo aerostático

Me acuerdo de ver caballos tras los cristales,
una colonia cerca de la escuela: Los Laureles
y el agua del río y una enorme ciudad –a futuro–
a las espaldas

Los salones aristocráticos de la corte
se construían en Villaflores
y no había un Rimbaud incendiario,
un Héctor Cortés Mandujano

Era Villaflores con su enorme diccionario,
los rieles engrasados del lenguaje,
el espantapájaros tras los matorrales

Me acuerdo de ti
–hoguera al final del día,
grandes charcos de agua en el suelo,
el hombre que ve fijamente sus botas,
el camión que me lleva a casa

Años después –qué extraño– tú estudiaste periodismo
y yo regresé al Tec a jugar futbol soccer

Hoy sólo sigo la larga línea de la carretera
y a veces incorporo una bebida a la luz brillante de la mañana

Luis Daniel Pulido

jueves, 25 de octubre de 2018

KRALICE




Kralice y yo disfrutábamos mucho de las nieves de limón, los hielitos crepitantes y cristalizados que como pequeños cráneos triturábamos con los dientes. Lo hacíamos sentados en una banca de cemento, bajo dos pinos altísimos, con las contracciones faciales por los convidados agridulces, por el frío en los labios: pequeño lago congelado en una ciudad calurosa.

Los besos en el verano son los más ricos, los que por derecho natural nos desnudan sin importar el toque de queda de los padres. Cómo olvidar tu falda, tu pequeña falda contra el viento y yo mirando cómo te untabas yogurt en las piernas, las que luego abriste para perderme de por vida en ese bosque trenzado de cerezas.

Era la época del heavy rock, y tú –Kralice– no dejabas de escuchar el Blackout de Scorpions, el Defenders of the faith de Judas Priest; y cuando decidías organizar mis posibilidades amorosas, la elección era Journey.

Mero pasatiempo: besarnos en el sillón, inventar pequeñas ciudades de una apartada región donde el viento arrancaba las hojas sueltas de un cuaderno donde escribíamos poemas para desafiar de pie los lechos nupciales.

Lejos quedó tu tierra, cariño. Lejos el Líbano y los bombardeos, lejos la somnolienta violencia y el tiro a mansalva, lejos la próxima estación: las metralletas apuntando a tu pecho.

Nunca olvidaré tus besos teniendo de fondo One de Metallica, el compás azul de los delfines en tu piel, lo tibio que son los corazones en la preparatoria, mis manos deteniendo tus puños para que no estrellaras el cristal de las ventanas.

Y volver allá, por los rumbos de la colonia del ISSSTE, a comprar más nieve de limón. Preguntar por “la maestra”, saludar con la mano derecha con ese movimiento que nos permite remozar edificios, tal como nos enseñó el profesor Miyagi, y sobre todo, ganarle terreno a tus recuerdos de la guerra para verte sonreír –siempre– tras el cristal de la distancia.

Hoy alzo los brazos y desciendo en el tobogán de los años donde me sumerjo sin tocar el piso. Va para ti, donde quiera que te encuentres, este ramo de burbujas, Kralice Farah.

A veces llueve
y con ello se contraen tus tatuajes.
En un punto vacío el humo del cigarro
borda para ti mandrágoras y turbantes:
un país de luz abre tus dedos
como una pelota de frontón

Luis Daniel Pulido




martes, 16 de octubre de 2018

ANTÍTESIS DEL LOBO SOLITARIO*



Me pidieron escribir un ensayo,
la búsqueda –autorizada, por supuesto–
de escritores de posguerra

Quise escribir sobre México,
ser un sujeto contemporáneo y hablar
de las comunidades indígenas de Chiapas,
repetir en sus mil facetas la palabra “autonomía”,
adiestrarme en ella, ser el Bruce Lee que lleva
a la cama a la Mujer que sabe latín y evitar los pambazos
–feministas– de la protesta

Quise escribir sobre desplazados,
citar a Chomsky, reunirme con los hijos
de Bob Marley en la colonia Cuauhtémoc
de la Ciudad de México; dejarme –antes de escribir
algo serio y que valga la pena– la barba, las “rastas”
hasta volverme fotógrafo de tribus urbanas

Y lo pude hacer, pero la tristeza tiene más de “cien motivos”
y no forma centros o temas a seguir; se manifiesta en piedritas
que hacen “patitos” en el agua, en las nubes de un concierto
de Munford and Sons en Glastonbury, en lo que reconozco
y ya no me duele tanto: Que este país sea lo que sea, zona franca,
bibliografía crítica, heterónimos de Zapata, cenizas de veinte minutos
de lectores a fuerza

Lo siento: me voy a vivir al corazón de esa mujer
que habla por teléfono

Luis Daniel Pulido

*Poema publicado en Cuadrivium/ revista del Departamento de Español de la Universidad de Puerto Rico, 2012

lunes, 15 de octubre de 2018

DYLAN EN LA PREVO, VOLUMEN II




El camión pasaba a las seis de la mañana;
no éramos granjeros, pero lo parecíamos:
niños raquíticos con pereza agrupados
tratando de no perder el paso

El camión –espasmo de fierros viejos–
nos llevaba a la escuela:
esqueleto educativo bajo la sombra
de otras urbes, una guerra –por cierto–
que no termina

El camión: bostezo de arcos estáticos,
eco de la piedra en el tiempo,
laberinto óseo de mis dedos:
aura de alto voltaje de buenas

canciones

En el Congo alguien reza un Padre Nuestro

Y no me salvo

Luis Daniel Pulido

lunes, 8 de octubre de 2018

ACEREROS Y VIKINGOS




Alguna vez percibimos
el choque de un pistón de fuego
en la profundidad de la Tierra;
y se te cayeron las llaves del auto,
llamaste a tus padres
–no te importó que el aire se llenara de polvo–
marcaste

Eran los años del bachillerato,
el Tec Regional de Tuxtla Gutiérrez:
el camino más largo y complicado de la historia,
transcripción Verbatim o invención de otra lengua,
tentativas frustradas de pertenencia

Te llamabas Mónica o Marisa
–mi idea de universalidad posterga
las divisiones sociales y las relaciones de clase–
y en los años 80 no encajaba en el repertorio
de la moda marcada por las familias tradicionales

Así que igual te llamas Mónica o Marisa

De treinta años atrás padezco de recuerdos
que no son míos

En Sonora –dice una postal– vive mi padre

Luis Daniel Pulido

lunes, 3 de septiembre de 2018

AY AMOR




Esa muchacha que camina por las calles:
agua de la fuente, puesto de arroz con leche,
zancudo de mi cisterna, quiero pan y no me das

Esa muchacha que camina por las calles:
¡Manden cámaras y micrófonos para la última
Coca Cola del desierto, bombón de mi corazón,
reina del Instagram!

Esa muchacha que camina por las calles:
luminosa bolita de estambre,
cebollita acitronada en la sartén,
pirotecnia de esquina a esquina
junta tu boca con la mía

Luis Daniel Pulido

viernes, 24 de agosto de 2018

TORNASOL DE DÍAS INFINITOS




Te he visto feliz
enojada
indiferente
con perro
sin perro
triste
desnuda
con gato 
sin gato
arrojándote
(en sueños)
de un noveno piso
en la mueca
de los que pierden
su vuelo
en los números
de mi teléfono
en todas partes
y con alivio
cuando sales del baño
y caminas hacia mí
y me dices
“se me acabó la coca”
y te abrazas a mi pecho
y pasan horas
–quizá días–
sin movernos


Luis Daniel Pulido

MISS TIJUANA: HARTIGAN, EN LA LÍNEA




Podría decirte que te extraño,
hacerlo hasta llegar a cifras nunca alcanzadas
o volverme radicalmente austero a la hora de contestar el teléfono:
Sí, todo bien, no lo volveré a hacer, mierda que no

Podría
y es que mi corazón a veces
hace maravillas con su línea de golpeo

anotar importantes touchdowns
e irme millonario a la cama

Podría, sin duda, hacerlo: soy prolijo a esas cosas
de niños de las que tanto me acusas

Pero a veces, como hoy, lo único que me importa es pedirle
a Dios o los teletubbies esa sonrisa que tanto temes

Que te hace llorar y repetir: maldito seas

Y sí: maldito sea

Luis Daniel Pulido

miércoles, 11 de julio de 2018

AMARRE TAPATÍO




Ella me convidó de su torta ahogada,
la placa de Cocos de su salsa,
la carretera principal a su planta de chiles

Y picaba –yo lo vi– la cebolla con los ojos cerrados,
el delantal con pentagrama,
una aureola en llamas

Vi pues un pueblo fantasma,
una vieja película del oeste,
el frío (uy) del Himalaya

Ven con mami –me dijo

Y no pude negarme

Luis Daniel Pulido