Alguna vez percibimos
el choque de un pistón de fuego
en la profundidad de la Tierra;
y se te cayeron las llaves del auto,
llamaste a tus padres
–no te importó que el aire se llenara
de polvo–
marcaste
Eran los años del bachillerato,
el Tec Regional de Tuxtla Gutiérrez:
el camino más largo y complicado de
la historia,
transcripción Verbatim o invención de
otra lengua,
tentativas frustradas de pertenencia
Te llamabas Mónica o Marisa
–mi idea de universalidad posterga
las divisiones sociales y las
relaciones de clase–
y en los años 80 no encajaba en el
repertorio
de la moda marcada por las familias
tradicionales
Así que igual te llamas Mónica o
Marisa
De treinta años atrás padezco de
recuerdos
que no son míos
En Sonora –dice una postal– vive mi
padre
Luis Daniel Pulido
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