lunes, 29 de abril de 2019

CRUSOE EN EL CAFÉ DE LAS MAÑANAS



Uno puede ser una isla,
un pedazo de tierra sin coordenadas geográficas
harto de la propaganda sobre el hombre gregario
y las monarquías inexistentes: la cantina,
el grupo de poetas, los lunes de la CNTE

Detenerse convencido de que la mitad de personas
de este planeta no son actores sociales,
bases de un partido político,
partes de una controversia:
tendencias en blanco y negro que asisten
a la navegación de quienes exigen
el papel protagónico en los temas del día

Desaparecer de la democracia competitiva,
el tránsito autoritario del internet de las cosas
–la Hidra de Lerna, la cólera del Pélida–
la preocupación capitalista por el rendimiento

La lluvia, amigos, la lluvia que escribo es de 1971

Allá ustedes con su inicio de semana

Luis Daniel Pulido


Foto: Bernard Plossu, Mexico DF 1966, México, 1966.

domingo, 7 de abril de 2019

CONFESIÓN DE FE




El temperamento no es una ciencia política ni social: es el ser humano transfigurado, grito sordo que nos diferencia de otros.

El cerebro opera y va conformando planos, escenarios, disfunciones. Es en esto último donde hago un alto, electroencefalograma en mano, espectáculo neuronal de islas no precisadas, de subibajas, hipotermias, francotiradores.

He sido malo y violento, y lo he sido desde niño. Viví aislado, pero conforme pasaron los años encontré en el humor, la risa y el placer mi nuevo código genético.

Hice cosas buenas, no muchas, algunas en el terreno deportivo; las últimas, desafiando el poder militar de la literatura.

Soñé que soñaba que era un buen hombre y me enamoré y amé y aunque nunca tuve hijos, en la parte de una neurona sana supe decir correctamente el nombre de ellos y el de su mamá.

No pretendo disculparme por lo que hice, ya que cada modelo propuesto tiene valores y significados que suelen manejarse como ejemplos y no, no quiero eso.

Y es que no me siento mal, me siento triste y abatido y sólo quiero despistar a la mujer que amo y sembrar –en su ausencia– amor en la tierra de una lindo jardín no como resultado de tomar a la hora indicada los medicamentos, sino porque he amado desde mi corazón de niño y no desde un cerebro maltrecho, disfuncional y siniestro.

Quizá, se me ocurre, despedirme con el sonido de un libro que se cierra porque está comprobado que éstos, contrario al mundo de la medicina y la ciencia, conllevan una actitud más abierta y generosa.
Sólo espero que olviden al autor canalla que les dedicó poemas.

Luis Daniel Pulido

viernes, 5 de abril de 2019

DIME SI NO SOY LINDO, AMOR MÍO




Quedaron restos de Cheetos,
dactilares de salsa picante en botellas de cerveza,
una novela de quince capítulos,
contratos por derechos de autor
y un epílogo con su millón de misiles
a tu nombre

Ante este escenario nuestra reina
de la depresión, la oscuridad y la melancolía
por el salario mínimo no quiso hacer el aseo:
se fue cantando una canción de Amanditita
y cerró la puerta

Y ahora tengo que escribirte este mensaje:
“Amor, creo que te van a demandar por ejercer
la esclavitud en pleno siglo veintiuno”

Cumplí: me regreso a la cama

Luis Daniel Pulido