Quedaron restos de Cheetos,
dactilares de salsa picante en botellas de cerveza,
una novela de quince capítulos,
contratos por derechos de autor
y un epílogo con su millón de misiles
a tu nombre
Ante este escenario nuestra reina
de la depresión, la oscuridad y la melancolía
por el salario mínimo no quiso hacer el aseo:
se fue cantando una canción de Amanditita
y cerró la puerta
Y ahora tengo que escribirte este mensaje:
“Amor, creo que te van a demandar por ejercer
la esclavitud en pleno siglo veintiuno”
Cumplí: me regreso a la cama
Luis Daniel Pulido
No hay comentarios:
Publicar un comentario