Ramona Flowers camina hacia mi casa para esperar conmigo el año nuevo
A la memoria de mi papá, Don Vicente Pulido, que venció bandoleros en Chihuahua y toda la galaxia
Soy un hombre que busca una patria,
un relámpago, una bala,
algo que sea irrenunciable
como mi amor por las mujeres,
que tenga apostadores y rufianes
y no acuda a los cuartos de tono,
a himnos con palabras
Que tenga playas de oleajes somnolientos,
horarios de vuelo a todas partes,
niños que lancen superhéroes de Marvel
sin ser vistos, fanzines monocordes
como las tardes de domingo en la Plaza
de Lesseps
Soy un hombre, pues, que busca una patria,
altiplanicies o litorales para decir “esta mujer
es mía”
Y beber whisky y encender Habanos
en señal de que la luz –de neón o de bengala–
es también la ceniza que cae y desde el aire
da pan a los hombres cuando anochece y llueve
un relámpago, una bala,
algo que sea irrenunciable
como mi amor por las mujeres,
que tenga apostadores y rufianes
y no acuda a los cuartos de tono,
a himnos con palabras
Que tenga playas de oleajes somnolientos,
horarios de vuelo a todas partes,
niños que lancen superhéroes de Marvel
sin ser vistos, fanzines monocordes
como las tardes de domingo en la Plaza
de Lesseps
Soy un hombre, pues, que busca una patria,
altiplanicies o litorales para decir “esta mujer
es mía”
Y beber whisky y encender Habanos
en señal de que la luz –de neón o de bengala–
es también la ceniza que cae y desde el aire
da pan a los hombres cuando anochece y llueve