miércoles, 16 de julio de 2025

CANOAS DE FLORES MUERTAS


 


Ve a caminar –me dicen,
bajo evangelios brutales que apagan la razón,
sólo los ruidosos cohetes en un cielo árido,
los perros –los tristes perros– resguardándose
bajo los autos,
el piso se incendia
Quise tomar fotos –ciego por la luz intensa,
espejo de fuego negro,
a un montón de gente
No tuve que preguntar sobre los hechos,
ni releer El túnel de Sábato ni Memorias del subsuelo
de Dostoyevski, no son parte del paisaje
–no tendrían por qué–
toda fiesta es por un curandero
al que llevan flores viejos desdentados,
jóvenes que muerden el aire,
a los espíritus bajo el pasto amarillo
El cohetero –ese hombre casi momificado
Luis Daniel Pulido
Chiapa de Corzo, Chiapas; México

domingo, 13 de julio de 2025

IZAR BANDERAS POR MUJERES BRUTALMENTE BELLAS


 


Sofía Vergara cumple 53 años. Nada más que añadir señoría.

Veo una foto de Sofía Vergara
y me desentiendo del arroz y el pollo,
de la receta escrita a mano en roca milenaria,
me acaloro más de la cuenta,
tocan la puerta
“¿Quién es?”, pregunto
No abro
Sofía Vergara es mi religión,
mi posol de cacao,
bagre amarillo en río profundo,
Colombia en el monumental de River,
cinco goles en el pecho de los argentinos,
leopardo en la carretera,
¿Qué horas son estas de levantarse?
Qué guapa es Sofía Vergara
Vuelvo al jardín a clavar mis banderas en la tierra
Luis Daniel Pulido

REGRESO AL PRINCIPIO


 

A veces olvido el sonido de mi voz. La escucho en los aeropuertos vacíos de mi cabeza, cuando, de la nada, aparece una carretera, un asiento en el Halcón Milenario. Paso todo un día sin hablar, a veces mirando fijamente las ventanas, subiendo un gato a mis piernas, mudo en el mundo vacío (aunque es este un pueblo pequeño) y sin poder sacar mis discos favoritos, el balón de futbol para tardes infinitas, ni lo último que escribo. Hoy, como si un relámpago de membranas se abriera paso del estómago a mi boca, dije algo, breve, sobre un concierto memorable.

 

Luis Daniel Pulido


WE SALUTE YOU


 

Para nosotros –hablo de los proscritos, los renegados, los solitarios, sobrevivientes de abusos, de niños que no tuvieron la oportunidad de serlos, violentos, con la rabia y su dosis de acero oxidado que nos hacía salivar barcos piratas. Nosotros. Siempre en la oscuridad, montados sobre rocas, afuera de la escuela, bebiendo cerveza, hablando de revoluciones, devorando abismos bajo la oscuridad y la lluvia. ¿Cómo identificarnos con la belleza, la poesía, el unicornio azul, la ternura, la trova y su pedacería de socialismos que fueron cheques en blanco? Amamos la brutalidad del metal, a sus heraldos abominables: Slayer, Kreator, Sodom, Sepultura y al padre sosteniendo su sombra en lo más alto del altar: Black Sabbath. Nosotros, que nunca fuimos más de cinco, masticando, como si fueran pepitas, los infiernos. Eternos enamorados de las mujeres más bonitas que nos sacaban la vuelta. Por sucios, por escandalosos, por perros. Pero jamás cantando baladas o trova cubana. Y aún nos alcanza para llegar al final. Misión cumplida, bastardos.
Luis Daniel Pulido

domingo, 6 de julio de 2025

TAN CERCA Y TAN LEJOS


 


Ella volteaba a verme, algo ansiosa,
no digo que con el calor que da el amor
cuando sale de caza al bosque,
me miraba como quien ve aros de piedra,
albatros de mazapán, tacos al pastor,
la madera desgastada de un barco
abandonado
Volteaba e insistía en clavarse en mi mirada
–lástima que por mi estrabismo divergente
no le atinaba
Pero me habló y dijo que le parecía
guapo –salvo el mundo, las carreras
de caballos, la cámara en los buzos
que bajan a profundidades extremas–
guapo
Sexy, cachondo, y lo que le sigue:
los cortes de luz en los pueblos mágicos
Los dos estamos casi ciegos
Me pregunta dónde están los baños
Luis Daniel Pulido

viernes, 4 de julio de 2025

QUITARSE LOS ZAPATOS, QUITARSE LA CAMISA Y TIRARSE A LA CAMA


 

A mí nunca me urgió contar historias,
ni me propuse aclarar de dónde
venían las corrientes de fondo:
el Leviatán y su furia cerebral,
su impulso, su eco y los ejemplos
a los que volvemos:
Y es que uno crece y los mapas
dejan de ser particulares,
están a la vista de un montón de gente:
No soy culpable de lo que hice,
las bibliotecas a las que fui
no fueron convencionales,
eran los barcos amorosos
de una madre que amó profundamente
a su hijo:
Y acá estoy, a punto de entrar
por la puerta grande del alba
que se apaga con la mano,
de las raíces de los árboles
que salen de la tierra:
Pendiente de las noticias
del neurocirujano
Nada que me impida poner
mi disco de Slayer
Y caminar a la plaza donde los pájaros
huyen de su reflejo en el agua
Luis Daniel Pulido

Y NO PUEDO PARAR…


 

Vente, vamos por piedritas al río para quemar cal
La arquitecta

No he comprado el boleto para el último concierto de Black Sabbath, pero en los arcos de tiempos, el ocio se vuelve un compendio de ocurrencias. Me levanto a las 4 de la mañana junto, imagino, a problemas globales, un planeta en estado de emergencia permanente. Salgo a caminar con mis perros porque su levedad me funde con la madrugada. Ya ahí puedo estar en Birmingham, en los barrios donde apenas la gente despierta, en los ojos de un gato persa, en un lago profundo con puntos de luz que me invitan a bailar. No sé cuánto tiempo pasa. Todo queda encapsulado en este momento, cuando un perro con ternura se acerca a un niño con Síndrome de Down, en ese breve deslizamiento de amistad. Y no quiero abrir los ojos.

Luis Daniel Pulido