A veces me pregunto si somos amigos
o novios o amantes, la respiración
que cae de su rama a un vaso de whisky
o la última página de tu novela
con su romance de guerra y sangre;
el náufrago impreciso en una de tus tantas
melodías que escribes como “instrucciones
para leer a los clásicos”, o esa definición
que ampara, en su memoria árida,
al Sector C de una guerra interminable
El beso a escondidas en las estaciones
de un Sanborns que se filtra en el quicio
de tu puerta y a veces es un castillo de arena,
en otras el aguijón conmemorativo que apunta
hacia tu pecho
Lo que somos –feroces, frágiles o férreos–
qué importa; habrán cosas que salten a la vista,
monopolios sin victorias morales,
una patria de carne y hueso,
las formas más sencillas de decirte
te extraño
El habano en su crujir de fuego, humo y ceniza
que te desviste en el círculo que trazo fuera
de los ceniceros bajo la media luz de tus postales
y sin repetir fechas
Luis Daniel Pulido
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Méx.
o novios o amantes, la respiración
que cae de su rama a un vaso de whisky
o la última página de tu novela
con su romance de guerra y sangre;
el náufrago impreciso en una de tus tantas
melodías que escribes como “instrucciones
para leer a los clásicos”, o esa definición
que ampara, en su memoria árida,
al Sector C de una guerra interminable
El beso a escondidas en las estaciones
de un Sanborns que se filtra en el quicio
de tu puerta y a veces es un castillo de arena,
en otras el aguijón conmemorativo que apunta
hacia tu pecho
Lo que somos –feroces, frágiles o férreos–
qué importa; habrán cosas que salten a la vista,
monopolios sin victorias morales,
una patria de carne y hueso,
las formas más sencillas de decirte
te extraño
El habano en su crujir de fuego, humo y ceniza
que te desviste en el círculo que trazo fuera
de los ceniceros bajo la media luz de tus postales
y sin repetir fechas
Luis Daniel Pulido
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Méx.