Me gusta verte, hablar de Milosz
sin el modelo clásico de la Historia,
con la gracia –si en caso se diera–
de un zombie de apellido Osuna o Alatriste,
en los golpes largos que das a las bolsitas
de Canderel, a las calorías que juegan
con su peso de hierro en alguna parte
de tu cintura y reduces a conjeturas
Me gusta platicar contigo porque imaginas
la vida sin puntos fijos; igual atraviesas un patio
o sacudes árboles frutales o ensalivas tu pulgar
derecho y señalas hacia donde hay un policía
en su motocicleta, edificios que caen, pájaros que emigran
Disfruto que traes la intensidad de las ciudades grandes,
que construyes Bethesda en tu autoensamblaje de Transformers
del Harper’s Bazaar
Que yo me ponga rojo por mi hipo en llamas
y tu belleza destruya todas las cosas de la mesa
sin el modelo clásico de la Historia,
con la gracia –si en caso se diera–
de un zombie de apellido Osuna o Alatriste,
en los golpes largos que das a las bolsitas
de Canderel, a las calorías que juegan
con su peso de hierro en alguna parte
de tu cintura y reduces a conjeturas
Me gusta platicar contigo porque imaginas
la vida sin puntos fijos; igual atraviesas un patio
o sacudes árboles frutales o ensalivas tu pulgar
derecho y señalas hacia donde hay un policía
en su motocicleta, edificios que caen, pájaros que emigran
Disfruto que traes la intensidad de las ciudades grandes,
que construyes Bethesda en tu autoensamblaje de Transformers
del Harper’s Bazaar
Que yo me ponga rojo por mi hipo en llamas
y tu belleza destruya todas las cosas de la mesa
Luis Daniel Pulido
*De la cara B del libro Prohibido degollar patos
El título corresponde a una canción de Jaime López