No sólo es el hombre que busca
empleo,
es el riesgo a perderlo todo,
a quedarnos en el camino
o repetir puntos de salida;
la arrogancia de no tener un país
natal
y liberarse de cantar himnos
insoportables
porque la vida también de eso se
trata:
de conceder extrañas excepciones a la
regla
sin el rigor socialista de la
corrupción y la decadencia;
sin ejemplos ilustrativos de lo que
llaman
futuras generaciones:
sin banderas que alivien su carga
enviando
niños a buscar el cíclope de las
limosnas,
sin tomar distancias y volvernos
trasparentes
a la velocidad del sonido:
como un avión que estalla en el cielo
y se difumina en nuestras manos sin
sobrevivientes
Luis Daniel Pulido