martes, 20 de noviembre de 2018

CAROL DANVERS ESTÁ AQUÍ




La vi entrar –lo tomo como la primera fase
de retracción mientras hablaba de no sé qué,
algo sobre evitar segundas mitades de siglos oscuros,
el judaísmo medieval, ideas de redenciones
propias de la condición humana

La vi entrar –altiva al pisar tierra de mamones,
mientras yo hablaba del juego de ayer:
Kansas City contra Carneros en lengua toscana
de principios del siglo veinte;
evitaba, pues, el número de poetas que le escriben,
alzar la mano derecha en señal de pedir la cuenta

Sudaba. Como puerquito. Sudaba.
Y por el Dios de Asgard –lo juro– vi cómo volvían
del puerto los muertos

Le ofrecieron el Instituto de la Mujer,
los ecos de montañas jamás visitadas

Y yo sólo alcancé a decirle “Murió Stan Lee, sabes”

Luis Daniel Pulido

domingo, 18 de noviembre de 2018

MUNA D.





Ocurrieron hechos profundos y perdurables,
recuerdo –por ejemplo– las figuras luminosas
de una discoteca de los 70,
la radio con su cancel abierto
y el pájaro migratorio de la música;
intervenciones militares estadounidenses y soviéticas
y un sólo hombre que pedía un alto a la guerra

Tendría ocho o nueve años
y veía esos “raros peinados nuevos”,
la fruta prohibida,
el sudor de hombres y mujeres que la mordieron,
el desayuno –pan y miel– en la hierba

Vi a lo lejos un país: Líbano,
el alba en rojo como guardián en cada esquina,
(a ese país lo iluminaban las bombas desde afuera)
un dios que no era un tema oceánico sino un pedazo
de tierra: las luces apagadas de un aeropuerto

Y cuando volví hacia el espejo vi a un hombre
de cuarenta y nueve años

Un disco de rock en la tornamesa

Luis Daniel Pulido

miércoles, 7 de noviembre de 2018

SIN AVISO PARA NAVEGANTES




Te acuerdas Gina cuando confundieron las nalgas
de Sharon Stone con las tuyas –era una foto por supuesto–
y quien iba a cambiar el mundo mordía una quesadilla
–que era su forma de apretujar las palabras–
a saber que su lucha social no pasó de los primeros pasos,
de la navegación de usuario y los libros asignados

Game Over

Te acuerdas Gina cuando fui a Guadalajara
y buscamos la casa de mi padre,
la ojiva con puntos cardinales,
eso que llaman –maldita sea–  estadísticas
y probabilidades

Te acuerdas Gina del futuro cercano,
la persona entrañable,
la máquina que trituraba pájaros,
el monstruo que nos espiaba en la coladera

Te acuerdas de las fotos desperdigadas en el suelo,
el fantasma esquivo y las zonas agrestes de las laceraciones

Te acuerdas, Gina, te acuerdas

Yo sé que te acuerdas

¿Puedes decirle a mi madre que ya estoy aquí?

Luis Daniel Pulido


domingo, 4 de noviembre de 2018

ELLA USÓ MI CABEZA COMO UNA AXILA




Ya no hubo cuchi cuchi,
maravillas helénicas y barrocas,
ya no te depilaste

Que si el apremio de los Conquistadores
–la pifia de los machos en la Historia,
los salmos expiatorios de los Aztecas,
entremeses (ahora) para candidatos independientes

‘Que hombre blanco hablar con lengua de serpiente’
citas a Sabina y a Krahe, el zaguán independentista,
paso marcial de mujer que se libera

Ya no hubo cuchi cuchi,
bolis de rompope, merienda

Veo cómo un oso desaparece en tus axilas

Ella me apunta a la cabeza

Luis Daniel Pulido