La vi entrar –lo tomo como la primera
fase
de retracción mientras hablaba de no
sé qué,
algo sobre evitar segundas mitades de
siglos oscuros,
el judaísmo medieval, ideas de
redenciones
propias de la condición humana
La vi entrar –altiva al pisar tierra
de mamones,
mientras yo hablaba del juego de
ayer:
Kansas City contra Carneros en lengua
toscana
de principios del siglo veinte;
evitaba, pues, el número de poetas
que le escriben,
alzar la mano derecha en señal de
pedir la cuenta
Sudaba. Como puerquito. Sudaba.
Y por el Dios de Asgard –lo juro– vi
cómo volvían
del puerto los muertos
Le ofrecieron el Instituto de la
Mujer,
los ecos de montañas jamás visitadas
Y yo sólo alcancé a decirle “Murió
Stan Lee, sabes”
Luis Daniel Pulido