viernes, 30 de diciembre de 2022

THIS WAS A GOOD MAN


 

Para mi hermano Marco Pulido, a quien comparto esta historia

Ha muerto el rey Pelé,
y recuerdo a Catherine Deneuve,
mi televisión en blanco y negro,
los bebedores de cerveza en comerciales
alemanes, la herencia cartesiana en la canción
de protesta
“Eran otros tiempos”, repiten
los enciclopédicos del Facebook,
el espectro global que produce
estas cosas:
Las coreografías de la razón
para el reducido grupo de amigos
Pero yo detesto las certezas,
las convenciones,
lo que sirve para agruparse,
comer del mismo pan en la mesa
Ha muerto el rey Pelé,
y también el ejército anónimo
de canciones con las que nos enamoramos,
la vieja película de Bergman
Y La Mafaldita y Astor Piazolla
y Jimi Hendrix
Ahora somos los viejos
en la fría mañana de diciembre,
un Fellini innegociable
Y que pone viejos discos de rock
y baila en la naturaleza del Tíbet
y reconoce cierto sobrepeso
y cierta lentitud en ir por los balones
por alto y que le apasiona la arquitectura
civil del siglo dieciocho
Ha muerto el rey Pelé —dicen,
y yo sueño con mujeres desnudas
como único acto de fe que vale la pena
Luis Daniel Pulido

¿CÓMO HE SOBREVIVIDO TANTO TIEMPO CON EL CORAZÓN ROTO?


 

Yo llegaba de la secundaria
y escuchaba a Velvet Underground;
me tiraba en la cama y leía los créditos
impresos en los vinilos, el diseño gráfico;
abría, pues, los portales del infierno
Saludaba a los músicos que me llevaron
de vuelta a los conciertos que sólo vi en posters,
revistas especializadas, televisión por cable,
un concierto: Live Aid
Metía caguamas a escondidas,
libros sobre revoluciones con imágenes icónicas,
subrayaba cosas con las que debatiría los mitos
del México moderno a los profesores al día
siguiente, en unas horas, 35 años después
Hasta siempre, mentecatos
Y el sol traspasaba una cortina,
y los niños del barrio soñaban con ser oficinistas,
dueños de un Banco,
contadores en el servicio público
y el privado y a donde se va a ladrar
el dinero
Y ladraron fuerte
Yo caminé en sentido contrario,
hacia donde las aves picotean
frutas rojas y amarillas
y los árboles dan sombra
a mundos ya idos
Solo el amor permanece
y tiene nombre: Magda Luz Albores
La niña que nunca cantó conmigo
canciones de Bob Dylan
Luis Daniel Pulido

miércoles, 21 de diciembre de 2022

LA ÚLTIMA REUNIÓN DEL AÑO


 

Para Marco Pulido, este poema donde platico cómo soy un superviviente

Hoy hablaron de Godard y Robert Bresson,
de la Navidad y círculos de lectura
y estudios sobre el socialismo
y los griegos
y del por qué los libaneses ponían tintorerías
en el centro de ciudades importantes

En edificios que fueron históricos
como lo son las rodajas de jengibre en el ponche
o la tos de quien se ahoga con alcohol
por primera vez

La verdad todo me importa:
la mantequilla en el pan caliente,
el queso parmesano y los cortes de carnes,
y las puñaladas a las autonomías “invaluables”
de las instituciones

Lo que discuten

La cuenta a pagar,
qué ruta tomar en caso de emergencia,
evitar burbujas de sangre,
los hombres sin cabeza;
todo después de la conclusión:
“no hay nada qué hacer por este país”

Ni Al Pacino en Scarface —bromeo
y le doy la espalda a las personas
que veo por última vez

Caminamos de hace tiempo bajo los ojos rojos de los criminales

Y ni quien nos salve

Luis Daniel Pulido

Ilustración: Francisco Fonseca

lunes, 19 de diciembre de 2022

CHAPTER 10


 

Para Marco Pulido, del niño que no llegó a la NASA, pero fue portero de equipos de futbol


Quisiera escribirte que toda va bien,
hacerlo en un mail como lo hacía los domingos,
del pathos humano en los nacionalismos rancios,
vaya ironía: en un juego de soccer

Adentrarnos en nuestro apellido: Pulido,
del viejo de San Telmo a las anécdotas de Alí Chumacero,
de Jáltipan y los caminos terrosos de la Revolución Mexicana

De la soledad militante de nuestro padre

Y de esa luz que proviene del Valle del Roncal en el Pirineo,
del silencio en las cosas sencillas que pasan,
del Tokio de Yukio Mishima al ruidoso Cabrera Infante

Tus lecturas de lunes a viernes por la tarde

Y el árbol genealógico y la perdiz de paseo
entre las ramas que caen al suelo

Aprovechar las raíces que quedan,
los pajaritos que pican la hierba

Luis Daniel Pulido

domingo, 18 de diciembre de 2022

UN SÁBADO SOLEADO EN ALGÚN LUGAR DE LA TIERRA


 

A Marco Pulido, entrañable y gigante

Es cierto que he estado triste:
los niños de los años cincuenta
no leen libros en la Alameda,
bajo el temblor de las sombras
de los árboles,
en el alba de las guerras anunciadas,
en la efímera paz del mundo

Porque te pienso y te imagino

Porque me haces falta, nos haces falta
a mí, a tu esposa, a tus hijos,
a tus nietos, a las jornadas de juego,
a los resabios de mar por la mañana

Al invierno y Los Supersabios
y al cansancio que cae en picada
y se incendia

Pero también hay agradecimiento
y honor y respeto
y la vigilia con sus trinos de hojarasca
en las noches largas

Mi hermano… escribo

Y se refundan las praderas
y un gato hurta el fuego
de los supervivientes

Está panza arriba en el piso
de la casa

Luis Daniel Pulido

Foto: Roberto Bernal

BÚFALOS


 

Para mi hermano, Marco Pulido, mi grito, mi rock, mi canción


He caminado sin rumbo,
a veces con una canción de Roy Orbison,
en otras con King Crimson, Van Halen,
Frank Zappa

Para salvarme del ruido
y los rines de los autos horribles
de los narcos, el maldito himno mexicano

Lo aleatorio en los audífonos como si fuera
a morir mañana,
bombardear colinas luminosas
para que salgan flores nuevas

El juguete roto que buscaba

Un corazón de luciérnagas

Pero este camino no tiene fin,
ni los bosques de la región más alta
donde el pájaro solitario es la mancha
roja en el hielo

Este dolor en el pecho

Extraño hurgar las viejas fichas
bibliográficas en papel en los muebles antiguos
de las bibliotecas camino a casa

Extraño los días pasados,
cuando estabas

Hoy solo está la piedra,
la tumba de mi madre y de mi padre
y la gratitud del perro que se acerca
y come a mis pies

La tristeza —jamás como el búfalo domesticado

La tristeza —paredes de una habitación a donde nadie llega

Luis Daniel Pulido

Foto tomada de internet. Cine Chiapas 70, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México, 1981

lunes, 12 de diciembre de 2022

EN DUBLÍN SIEMPRE LLUEVE


 

A Marco Pulido


No tengo con quien compartir canciones,
los tornillos de una canción de rock que aprieta con fuerza,
lo que miro por la ventana

Las nubes y los animales imaginados,
los días que pasan y que llueve
como si no hubiera mañana

El grito —de quien aguanta
la respiración bajo el agua
y sale a la superficie y muerde
pájaros de la tarde

Siento la sangre
—el pan de los desesperados,
de los incapaces de meterse un balazo
en el pecho,
de los que hacen profundos cortes
a la carne y el hueso de la mano
en el papel

De esto va el rayo que ilumina el cielo
y las canciones de rock y la noche
que cae en Coyoacán, México

En el alto departamento de un hombre bueno

Luis Daniel Pulido

Foto: David Gleave

BREVE HEAVY METAL CONTRA LA TRISTEZA


 

En recuerdo de Marco Pulido

Es cierto: fui a correr por la mañana
y el sol me hizo recordar a Dorotea Lange,
su guerra, el solsticio de invierno en la otra parte
del mundo

Un hecho histórico,
de mi hemeroteca, de mi memoria,
de la Fanfarria del hombre común
en la versión de Emerson, Lake and Palmer

En mis audífonos

La vida no era, nunca ha sido,
una recomendación bibliográfica,
el sino erudito,
es violenta: jugada de futbol americano
en cámara lenta,
el Mouth for war de Pantera

'Revenge
I'm screaming revenge again
Wrong
I've been wrong for far too long…'

La tristeza como el conejo que salta
en la orilla de la carretera: sale de donde
menos se espera

En el largo solo de batería

In-A-Gadda-Da-Vida

Luis Daniel Pulido

domingo, 11 de diciembre de 2022

EN ALGÚN LUGAR DE LOS AÑOS 80 (UNA POSTAL DE MI JUVENTUD PARA MARCO PULIDO)


 

"La tibieza se quita; las consecuencias de los abusos que permite, no tanto"
Alonso Díaz de la Vega

Hubo días buenos, en algún tiempo,
cuando nos decíamos camaradas
o comandantes,
y le encendíamos el cigarro a la muchacha
que nos acompañaba a construir escenarios
donde éramos los más fuertes

Ya dudábamos de la escuela,
de los conciertos auspiciados por organismos
no gubernamentales, lo que convocaba:
capitales que pagaban —qué ironía—
colegiaturas para hijos que iban a
universidades privadas

“A donde el corazón nos lleve. Y el neoliberalismo”
pudieron haberme dicho

Pero me enamoré de una rubia de pechos grandes,
de los paraísos perdidos que no aparecen en los tablones
de las ventanas del socialismo

Nomás en lo oscurito,
trovadores incluidos

Y vinieron los años donde le dijeron “no más”
al soldado desconocido,
de la lluvia de cocaína al Caribe soleado,
el derecho de piso

Y los sicarios y los narcotraficantes

El narcogobierno mexicano

Los mezquinos y cobardes asesinos

“Yo sí volveré a pisar tus calles nuevamente”
por Rubén y Nadia Vera

Por la mujer de a lado y sus hijos

Por la rubia de pechos grandes

Por el joven que fui en algún lugar en los años 80

Luis Daniel Pulido