Para Marco Pulido, del niño que no llegó a la NASA, pero fue portero de equipos de futbol
Quisiera escribirte que toda va bien,
del pathos humano en los nacionalismos rancios,
vaya ironía: en un juego de soccer
Adentrarnos en nuestro apellido: Pulido,
del viejo de San Telmo a las anécdotas de Alí Chumacero,
de Jáltipan y los caminos terrosos de la Revolución Mexicana
De la soledad militante de nuestro padre
Y de esa luz que proviene del Valle del Roncal en el Pirineo,
del silencio en las cosas sencillas que pasan,
del Tokio de Yukio Mishima al ruidoso Cabrera Infante
Tus lecturas de lunes a viernes por la tarde
Y el árbol genealógico y la perdiz de paseo
entre las ramas que caen al suelo
Aprovechar las raíces que quedan,
los pajaritos que pican la hierba
Luis Daniel Pulido
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