Yo
no explico nada: no puedo decir que en Marte
hay
vida o que Dios ha muerto,
o que
en algún lugar del mundo los ladrones
se
entregan tres días después del robo
por
aquello del remordimiento
Lo
imagino, sí, como el rey que borra
sus
pasos en la playa,
o
como los que tocan con rabia
la
puerta y te arrojan piedras
de
una página del Antiguo Testamento
En
cierta forma Schopenhauer, José Alfredo Jiménez
y
los calzones del tendedero o los niños que cruzan
miradas
dicen algo
Yo
sólo soy el hombre malvado que cumple años
Luis
Daniel Pulido