A la memoria de Doña Rosy,
mi mamá
Nada
queda de los cines a los que fuimos,
de la
vieja vocación fiscal de los estudiantes de contabilidad,
la tilde
francesa de las “niñas bien”;
la isla
volcánica, el paleontólogo autodidacta,
la lámina
corroída, Godzilla
Nada
queda de las calles de tierra,
el verano
cósmico, el murciélago asustado por el sol,
el regreso
de los magos, las luciérnagas
Nada
queda de los cines a los que fuimos,
las despedidas
portuarias y Santo y Blue Demon;
los puntos
de energía, los flujos sanguíneos,
el papalote
–en lo más alto– de La Lomita,
y las
pulsaciones y las constelaciones
Nada
queda de lo que fuimos:
nos mataron,
nos olvidaron, nos demolieron
Buscamos
luz entre las piedras
Luis
Daniel Pulido