He caminado sin rumbo,
a veces con una canción de Roy Orbison,
en otras con King Crimson, Van Halen,
Frank Zappa
Para salvarme del ruido
y los rines de los autos horribles
de los narcos, el maldito himno mexicano
Lo aleatorio en los audífonos como si fuera
a morir mañana,
bombardear colinas luminosas
para que salgan flores nuevas
El juguete roto que buscaba
Un corazón de luciérnagas
Pero este camino no tiene fin,
ni los bosques de la región más alta
donde el pájaro solitario es la mancha
roja en el hielo
Este dolor en el pecho
Extraño hurgar las viejas fichas
bibliográficas en papel en los muebles antiguos
de las bibliotecas camino a casa
Extraño los días pasados,
cuando estabas
Hoy solo está la piedra,
la tumba de mi madre y de mi padre
y la gratitud del perro que se acerca
y come a mis pies
La tristeza —jamás como el búfalo domesticado
La tristeza —paredes de una habitación a donde nadie llega
Luis Daniel Pulido
Foto tomada de internet. Cine Chiapas 70, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México, 1981
Las caricias son los únicos procesos democráticos que conozco, son determinadas secuencias donde el tiempo y el espacio constituyen un solo lenguaje. Uno empieza por las manos hasta llevar a cabo un beso, persuadiendo así tu desnudez y la mía para ese país perfecto que es la cama, donde las almohadas no crean distancias y los sueños descansan en cada parpadeo, cada mirada, de frente a la vida tomados de la mano. Luis Daniel Pulido. Akumal, Q. Roo; México
domingo, 18 de diciembre de 2022
BÚFALOS
Para mi hermano, Marco Pulido, mi grito, mi rock, mi canción
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