viernes, 7 de diciembre de 2018

BREVE HISTORIA DE UNA DISCULPA QUE NO FUE




La sugerencia fue que me disculpe
–ese hábito de querer sacarle sangre a las piedras–
un psicólogo que deja correr el agua tibia en la radio,
un terapeuta, pues, de pareja

El terapeuta insiste como si se tratara
de tirar el cepillo de dientes,
el gramo extra de polvo en la foto,
los anaqueles semivacíos de libros,
las postales en sepia, la televisión abierta

El terapeuta –ya enojado– insiste en que maté al gato,
no le puse agua a las plantas, que hice manita de puerco

Y yo, sincero, con mi voz de trueno, le digo:

Oblígame perro

Luis Daniel Pulido

No hay comentarios: