jueves, 24 de octubre de 2013

YO NO CONOZCO LA DERROTA



Para Jenny Beaujean



Es difícil aceptar algunas noticias,
sobre todo las que no involucran a los cinco continentes,
las que en un parpadeo nos atan a un barco que se hunde
y a pesar de ello uno se da tiempo para encender un cigarro,
morder un panecillo, escuchar –por absurdo que parezca–
a La Volpe sobre su estancia en el Atlas y la Selección Mexicana.

Hace tiempo –y se lo comenté a un amigo– que no escuchaba la radio,
específicamente las que hacen un recuento interminable de fusiones:
jazz, rock, blues, versos de un desertor de la Guerra de Kuwait,
sonidos de una cítara y hasta un perro que ladra.

La vida en todo su esplendor; algo, por cierto, que no logran
los trovadores ni los magazines de literatura y sí, pienso,
el narcomenudeo en Tijuana o los resúmenes –tristes–
de los niños de la calle.

Jenny, ya es tiempo de preguntarle a Jack cómo le hizo
para cazar gigantes.

Luis Daniel Pulido

3 comentarios:

Diana Vanessa Buscaglia Rodríguez dijo...

YO TAMPOCO, POR TI, QUE ME ENSEÑASTE A PELEAR, A NO CAERME. TU POEMA ES UNA MUETRA DE QUE HASTA EN LOS MÁS TRISTES POSTALES HAY UN CORAZÓN DE NIÑO QUE PREFIERE SALIR A CAZAR GIGANTES

TE AMO

Karen Kawakabu dijo...

Oso, tus poemas abrazan, sabías?

cati covarrubias dijo...

Eres tan entrañable y al paso del tiempo tu luz crece...te adoro y te extraño mucho