Para Jenny Beaujean
De
lunes a sábado la luz encendida, los libros de música,
los acordes
que se quedan fuera y tú –pluma en mano–
abriéndoles
la puerta, el cuarto de los otros,
la ruta
de aves migratorias
Buscar
–contra el sol todo– el espejo donde se reflejan las sirenas,
el aire
que avanza y evita se vuelvan luminosos los incendios
Y
puede ser tu mirada, el horizonte, lo que leo en los diarios,
el cacto,
la miel, el mate, casas de tejas y adobes
Hay
ciudades que se levantan,
no importa
qué tan difícil sea el final del día
Luis
Daniel Pulido
2 comentarios:
Hermoso poema, bellísima ella
Eres tan tierno
Adorable
Ya dejate y se mío
Publicar un comentario