lunes, 9 de marzo de 2009

LA VENDEDORA


En México me cerraron
la puerta que da al país
Nicolás Guillén
No supe su nombre
pero parecía una lámpara

No supe su nombre,
si esperaba de mí una moneda,
cinco palabras o un poco de mi sangre

No supe su nombre,
si era una sombra, un desierto
o la roca de su iglesia

Quizá no era necesario nombrarla
ni conciliar tormentas bajo la sombra

Eran los corredores de sus ojos tristes,
su corazón de terciopelo blanco

No supe su nombre,
sólo recuerdo el fogón
y sus pequeñas bestias de fuego,
cómo la miseria bosteza cristales
que se rompen al rozar miles de Cristos,
cómo en doce horas la venta
se reduce a ninguna nube.

No supe su nombre,
sólo la vi caminar,
envolver con su falda
grillos y estrellas

Y pensé en mi madre,
en la soledad de las señoras grandes

No supe su nombre
pero parecía una niña
al comerse sus dulces

Una cajita de fósforos
es todo lo que ilumina su vida.


Marzo, 2007; Oaxaca, México

7 comentarios:

ana claudia dijo...

Luis Daniel, tienes ese don, tan tuyo, tan único de estremecerme el corazón.

Besotes

marina dijo...

SNIF SNIF SNIF PUES A MI ME PUSO TRISTE

Luis San Roman dijo...

Poeta, cabrón, chingón este poema.

Chido, también su artúclo sonre la cultura y los chayotes

Un abrazo regio

luis daniel pulido dijo...

Ana Claudia Rodriguez de Santisbón y Aranjuela, su majestad también hace los mismo con este humilde granjero

Besos

luis daniel pulido dijo...

Marina, no esté triste y vaya a estudiar, ándele, no siga mis malos ejemplos

luis daniel pulido dijo...

Ese mi Luis, pues nos echemos las primeras cervezas, Carta Blanca, si no es mucha molestia

cati covarrubias dijo...

Vaya, aun tengo un huequito para escribirte
te quiero mucho