jueves, 13 de noviembre de 2008

BITÁCORA DE VUELO




Fue, digámoslo así, una pancita
de medidas razonables.

Yo aseguraba que apuntaba al mar,
Karen a los Pirineos.

En el Metropolitano los médicos
encierran en un círculo la temperatura
y la hora convenida:
Se abre la pancita y nace una niña.

Karen, feliz, la abraza y la besa
al mismo tiempo que me dice al oído:
No me quedó panza ni estrías.

¡Vivan los Bísquets Obregón!

3 comentarios:

Luis San Roman dijo...

Don Luis Daniel, si me permite, le mando besos a tan bonita nena.

Fuerza regia, forever

ana claudia dijo...

Querido Luis Daniel, qué hermosa niña.

Besos

luis daniel pulido dijo...

Estimado amigos, un abrazo a ambos y gracias por sus bonitos comentarios. Hoy se terminó "el puente" y retomamos la crisis financiera.