Y ahí están los tictacs del reloj
como deditos pisados por el tiempo:
ay, ay, ay, ay, ay ,ay gritan las manecillas
descolgándose de los años en las manos
del niño que hace cuernos sobre tu cabeza
Un poco de discusión
y el nudo ciego de tus licencias:
“sí, qué bueno, órale”,
otra vez “sí, qué bueno, órale”,
la última “sí, qué bueno, órale”
Después el ninja descalzo
de mi imaginación,
el hot dog sin picante,
los caminos de queso cottage
de la dieta y mi corazón, sí, mi corazón
que te amarra las agujetas
con sus manitas de salsa de tomate
Porque te quiero y por eso tiro
besos para ti desde la ventana
¡mon amour!, ¡mon amour!
mi huesito de chabacano
se llama Claudia
¡muaaaaa!
Desde Pulidín City
Chincho, que digo Chincho, Súper Chincho
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