Leti:
¿Cómo enfrentan los niños la muerte? Será que con sólo cerrar los ojos e imaginar que el resto de las almohadas se convierten en ramas secas, alba de flores blancas que avanza hacia mis pies sin dejarme de hacer cosquillas porque enumera mis huesos en secciones a b c d.
Supongo que no hay rastro más esperanzador que ubicarnos en los últimos asientos cuando el barco se vaya a pique, cuando el silencio reconozca a tientas mi sonrisa y el dardo, necio intento de morfina, haga blanco en el centro. Entonces el mar se desatará de estas líneas y subirá a través de las paredes como un homenaje para niños hiperactivos y preguntones.
Nada de zapatos nuevos ni bombarderos de agua, mucho menos inventarios con espinas. Sólo un remiendo en los pulmones, mi aliento en tus caderas, mis ojos cerrados para siempre.Sabes... me gusta mucho mi camisa recién lavada...
Te quiero, siempre
Desde Pulidín City.Chincho
No hay comentarios:
Publicar un comentario