domingo, 11 de mayo de 2025

NO SÉ


 

Ser joven no fue una simple función biológica,
un estado (hoy) de una red social, un golpe a la pared
al amparo de una transmisión en vivo,
el parpadeo en la cámara de un influencer,
creador de contenido, el nuevo periodismo
Fue un páramo oscuro, pétreo monumento
al suicidio, cumbre de piedra,
manifiestos de puño y letra,
demos de canciones rápidas,
Slayer, Exodus o Sepultura
Claro que no hablo por todos
—lo hago desde la revocación, el peso de lo no elegido,
del compañero poeta que abraza la faja de oro
de los gobernantes, la deriva de yo no tener un sitio,
el brote de sarna a las palabras
Nos demolieron el salón de clases, amigo,
el pensamiento crítico contra la militancia
—por eso nunca Silvio Rodríguez pero sí mucho
punk asesino
Ni la cloaca de la supuesta lucha social y su culmen:
arrodillados adorando al becerro de oro,
“con el pueblo todo, sin el pueblo nada”,
lavando dinero
Pero, seguro de que esto no dice nada,
ni lo pretendo, porque la rabia no es nada
ante un mar de pantallas,
ante un país hundido, vomitivo y violento
y sobre todo ante los jóvenes más felices del mundo
¿Me hará falta cocaína, un whisky, lo de hoy: un mezcalito?
¿Instagram?
¿Invitar amigos a Chiapas, el paraíso?
Que qué felices somos
No sé
Luis Daniel Pulido

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