A
Gina
Deberías
volver,
dejar
tus celos –se me ocurre–
en
los torneos de bridge
de
la virgen de Zapopan,
en
las sombras largas
de
la milpa en los cerros,
en
los comentarios alevosos
de tus
amigas
Deberías
volver,
abrir
conmigo mi caja de galletas,
los
arcones de los mayas superpoderosos
de
mi pueblo;
que
vuelvas a ser Gina y no Dalila,
y ni
yo Sansón contra los filisteos
Que
ya tengo perro,
internet
y un cocodrilo
que
me cuida la puerta
Que
ya tengo dinero
–puros
billetes grandes–
para
el concierto
Y
que el Súper Esperma
ya
quiere una fiesta contigo,
un
poco de tinta china a tu ombligo,
taquitos
de queso después del sexo
Que
yo soy Po y necesito un sombrero
Luis
Daniel Pulido
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