jueves, 11 de septiembre de 2008

EL ORIGEN DE UNA BARBA



Claudia:


Ayer, por la tarde-noche, estuvo lloviendo. Un gran dedo de nubes tapó el sol y en un cráter desolado de la luna apareció un conejo de nieve.


La lluvia, me dijo la abuela, es un espejo roto que cae a consecuencia de galaxias fragmentadas por el gran frío que los dioses nórdicos exhalan.


Yo cerré mis ojos y abrí la boca para beber el origen de mis antepasados.

Fue así que me creció la barba.


Desde Pulidín City


Chincho, el pequeño vikingo

1 comentario:

ana claudia dijo...

no te sientas mal por lo que me cuentas, adelante ( y no, no te pareces a un integrante de los zetas)

Besos