En las noches no soy el niño que te escribe,
es decir, nada de fut, Vía Láctea, Hombre de las Nieves.
Eso sí, mucho rock y algunas ventajas por las cuales
muy pocas veces me toca perder:
Un expreso caliente, la cajetilla de cigarros,
el ciudadano Jack Daniel’s y los Converse goleadores
con su buzón de estadísticas.
En el cajón, postales de la Universidad de Guadalajara
y los pies de plomo de la patria que se hunden en la yarda diez:
El humo y treinta y cinco minutos de tristeza infinita
amparados por un reloj de arena.
No es el niño el que marca a tu celular a medianoche,
es el superhéroe que se derrumba...
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