lunes, 25 de octubre de 2021

QUÉ TRISTE NO SER EL HOMBRE ARAÑA (PARTE TRES)


 

Recuerdo las calles casi solitarias

a las seis de la mañana,

pequeños ciclos de vida que se llevaba

el aire: bolitas de algodón y una hoja seca

abducida en línea recta

 

La vida no era un latido de sangre,

renovados campos para el narcotraficante

 

La vida era sencilla:

un volátil árbol de frutas,

semillas con utopías y los reversos:

poetas que jamás se apegaron al poder

 

Recuerdo que caminaba

y sólo eso: caminaba

 

Y escribía contra el gobierno

como quien se está contra los ferrocarriles

de alta velocidad,

no arriba del peldaño de la pobreza

y la miseria

 

Nunca periodista

 

Mi voz era un libro en manos:

el relámpago que parte aviones a la mitad

como lo hacen los ciegos cuando tienen

sed y alcanzan el vaso y beben

y el silencio es el único cuerpo

que yace en el piso

 

Lo demás nunca ha sido parte de mi historia

 

En esa lucha contra el mundo

siempre fuimos madre e hijo

 

Luis Daniel Pulido

 

Foto: El tren. Entre Hidalgo y Tlaxcala. Roberto Bernal


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