Se fueron las tardes de soccer,
el “uno para ti y otro para mí” al compartir galletas,
el juntar unos pesos porque teníamos hambre
y tú sabes –mamá– que la poesía no da
para cuatro en la mesa;
quizá por eso tú y yo –solos– llegamos
hasta el final,
porque supimos disfrutar cada taquito de queso,
un par de veces el arroz de fiesta,
los chocolates Carlos Quinto
Y me preguntas si te vas a ir al cielo
y yo te digo a rajatabla que estoy seguro,
que no lo dudes, que te hice un barquito,
que remaré por ti con fuerza
Y cómo no hacerlo si fuiste tan linda conmigo;
yo, que no estudié lo que querías,
que no vestí como soñabas,
que no te hice caso en nada
excepto en el gran amor que te tengo;
yo, el cocainómano,
el de los sustos por dos pre infartos,
que cazamos dinosaurios y corrimos al patio,
que celebramos los goles de Cuauhtémoc Blanco
e hicimos maldades a la vecina
Te voy a extrañar mucho mamá;
y sabes, no sé si pueda no sé si quiera
acercarme al quicio de la puerta
para escuchar el ruido de la vida,
ir a ella, salir a la calle y ser esto:
el hombre más triste desde las primeras
horas del día
Luis Daniel Pulido
el “uno para ti y otro para mí” al compartir galletas,
el juntar unos pesos porque teníamos hambre
y tú sabes –mamá– que la poesía no da
para cuatro en la mesa;
quizá por eso tú y yo –solos– llegamos
hasta el final,
porque supimos disfrutar cada taquito de queso,
un par de veces el arroz de fiesta,
los chocolates Carlos Quinto
Y me preguntas si te vas a ir al cielo
y yo te digo a rajatabla que estoy seguro,
que no lo dudes, que te hice un barquito,
que remaré por ti con fuerza
Y cómo no hacerlo si fuiste tan linda conmigo;
yo, que no estudié lo que querías,
que no vestí como soñabas,
que no te hice caso en nada
excepto en el gran amor que te tengo;
yo, el cocainómano,
el de los sustos por dos pre infartos,
que cazamos dinosaurios y corrimos al patio,
que celebramos los goles de Cuauhtémoc Blanco
e hicimos maldades a la vecina
Te voy a extrañar mucho mamá;
y sabes, no sé si pueda no sé si quiera
acercarme al quicio de la puerta
para escuchar el ruido de la vida,
ir a ella, salir a la calle y ser esto:
el hombre más triste desde las primeras
horas del día
Luis Daniel Pulido
3 comentarios:
te amo, niño lindo
Mi vida corazón para que no estés triste
Vida mía
Mi amante
Te quiero, Te amo
Mi vida mia
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