lunes, 19 de enero de 2009

DE TOS SIN ASPIRINAS



Para el gran Alejandro Aura (in memoriam)


Estar loco, hacerse el loco, volver a la pregunta original ¿Está usted loco o se hace que está loco? Qué loco, ¿no? Hasta eso, ser loco completo, no medio loco, sino que chiste. Loco pues, de remate; no de "taquito" ni de "chilena", de viaje redondo porque a unos días de La Liga toda locura se asemeja a una pelota.

Pero estar loco, de a deveras loco, como caballo y no como poeta, usted sabe, desbocado y garañón. Y digo loco, no loquito por economía de la risa, bien pinche loco, hasta las lágrimas diría.

Pero cómo saber que uno está loco ¿Por qué hace uno valer sus locuras, o por qué la vida bien vale todas estas locuras? O como dicen, mas vale loco en "bungee" que en cama de estudiante de psicología. Es decir, saltar al vacío no es lo mismo que hacer niños, pequeños loquitos con habilidades de patineto que me digan "soy emo"... pero hijo ¿Estás loco?

Pero quien no ha pagado la renta soy yo ¿Verdad? Porque soy loco no ejecutivo de cuenta, o porque no ejecuto su cuenta desde que estoy loco. Y usted me pregunta si estoy loco o hago como si estuviera loco. No crea, sin dinero la locura no tiene grandes metas, o quizá de las pocas es decirle al dueño del edificio que eso de ser pobre es hasta espontáneo como callar, llorar, reír o volverse loco. Pero loco, loco, lo que se dice loco, no ¿O usted qué cree? ¿Me puede dar otros quince días? ¡Qué loco! ¿No?

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