No
buscaré –esto no es un poema cursi–
tener
las palabras correctas,
calles
de doble sentido,
las
últimas cifras del Discovery
Sabes
que te amo,
que
en la escala planetaria
de
la poesía intergaláctica,
a
quién le importa globalizar el silencio,
el
faro en la niebla, calzarse los zapatos,
irse
por la derecha
Importa
llegar pistola de agua en mano,
robarte
un beso, meterte un susto;
lo
sabes, que como cuando niño,
me
vuelvo Indiana Jones sin el medicamento
Y te
juro: cómo quisiera escribir cosas lindas:
“feliz
cumpleaños Gina, feliz cumpleaños a ti”,
pero
soy un hombre malo,
de
pesadilla en la calle del infierno,
de patitos
asesinos, de perros de reserva;
de
llevar –apuesta contra el tiempo–
un
poquito de tierra en el ombligo
E
insisto: cómo quisiera escribir cosas lindas:
proyector
de películas, Metro Goldwyn,
dos bribones,
cumpleaños en París
Y
doy fe: un hombre con las manos vacías
da
todo lo que tiene: un libro al aire libre,
islas
del tesoro de la nada,
la conquista
del Espacio en un par de binoculares
El
mar, el mar lo dejamos para otro día
Luis
Daniel Pulido
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