Para
Tania, dueña de este monstruo
Hoy
me levanté a correr a las seis de la mañana,
vi un
cartel: perrito desaparecido, fresa, hay recompensa;
vi –también–
dos alemanas, un accidente automovilístico.
Destaco
mi playera especial para el gym: Tania, Te amo –dice en letras rojas; como
fondo la palomita de “naiki” y un corazón bien fuerte por tanto cereal, plátano,
dos huevos, juguito de naranja y Shot B.
Rebaso
cinco autos, un río sucio, un hombrecito que grita
–y
creo que es un pasaje de la Biblia– un emotivo: arrepiéntanse hermanos;
y me
arrepiento, claro, y muerdo mi Snicker y le saco la lengua a los que ven.
Tania
dice que soy egocéntrico –otros dicen que mamón–
pero
yo lo niego: el perrito perdido me conmueve,
no me
hago pipí en las flores lilas de la acera,
no le
digo “cerdos” a mis vecinos,
y a
veces (a veces) me disculpo por tocarme los genitales
cada
vez que veo a un “periodista” chiapaneco (¡ja!)
Tania
me jala las orejas y retomo mi rutina:
hoy,
barras de veinte kilos.
Luis
Daniel Pulido
2 comentarios:
Genial, eres genial!!!!!!
Tú erus el hombre!
Tu grupie!!!!
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