Y ahí vas, hormiguita, como siempre,
bajo tu paraguas, caminando de puntitas,
parpadeando tu título de no sé qué,
comiéndote solita las hojitas y renovando
migajas sacramentales para un montón
de hormiguitas dizque machos
y tus ganas de armar guerras mundiales:
ni un punto, ni un beso, ni qué tanto es tantito,
puro patrimonio cultural bajo tu vestido
y yo, ahí, enamorado y con los amigos
gritándome: bicho raro
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