De repente –Guy Debord no va a través de la lluvia,
es una bandera y como tal la izan, la ondean,
está en un tarro de cerveza, en la noche más oscura,
en una zanja negra, negra, negra,
basurero del tiempo, itacate de sus ancestros
De repente una nueva era,
castillos de luces en el cielo,
su chiapanequidad
Qué más chiapanequidad que Chenalhó
y sus últimos veintitrés años,
el grito apagado por la inteligencia,
ese club de golf que camina
sobre sus muertos por una pizca de dinero,
el micrófono abierto
Desolación
Indolentes en su marcha al fin de los tiempos,
con su cafecito de la mañana,
la sanidad universal que les da nacer en tierras
de ríos y montañas y cascadas
y sí, el sol más bonito en las playas
“No manches, amor”, me dice la mujer
a quien leo esto: irrupción, corifeos,
asilos políticos, barcos camino al olvido,
no me detengo
Mi rayo es el punk
Luis Daniel Pulido
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