domingo, 20 de noviembre de 2022

ROMPER, CON AMOR, LA BARRERA DEL TIEMPO Y DE LA VIDA



A la memoria de mi hermano: Marco Pulido
Para Ana Pulido Rull

Extraño tu correspondencia
—el mar y la tormenta y el rescate
del autor en tus traducciones—
y el cielo y los mundos nuevos,
a Cervantes y Compañía
que hicieron de postales,
de barquito inmutable en la corriente del río

Y las mujeres que amamos
y los escaparates del pan de dulce,
Coyoacán en una tarde

Extraño tus palabras y tu cariño
de hermano mayor:
los puentes, los territorios,
las piedras que quitaste de mi camino,
la sangre de mis pies

Y tu amor infinito a Ofelia,
nuestra hermanita en el cielo

O en las nubes o un planeta lejano

En la ramita en la palma de mi mano

Extraño tus cartas y la luz
de una tus ventanas en tu primer
correo electrónico:
“Hola, soy Marco, y te escribo
desde Mascarones,
es un día cualquiera…”

No, no lo era: aquel niño rubio
y cachetón estaba del otro lado de la puerta

Los hijos de don Vicente Pulido
y su afición a romper las barreras del tiempo

Es 1972 y estamos en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

En una bonita Estación de Telégrafos Nacionales

Luis Daniel Pulido

 

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