lunes, 28 de noviembre de 2022

MORIR CONTIGO


 


Para Marco, mi querido hermano

A veces te leía en las tardes. En el silencio
y las figuras de hielo propias del cansancio.
Hace calor, acá siempre hace calor,
que hasta los puños en alto se rinden
ante el dolor de ya no tenerte
A veces lo hacía en las mañanas,
antes de irme a la calle,
en la impronta de la risa
para el otro: el que mira
El que empuja, el que embiste,
que no sabe nada de tu muerte
Y recordaba todo: los villancicos
de Sor Juana, el balón al otro lado de la calle,
el viejo misil soviético que se perdió en la nada,
tu memoria: tu camino de vuelta a casa
El pan de dulce para Ana
La primera estrella fugaz de la noche
A veces te leo y te veo en todas partes
y me dejo caer al piso,
poco a poco,
hasta morir yo también
Luis Daniel Pulido

No hay comentarios: