He leído algo en internet:
las obsesiones de un autor de cuentos
para niños,
los territorios ocupados por
neonazis,
cosas que ya no me remiten al siglo
pasado,
todo es el hoy y el ahora,
activos de una memoria a corto plazo
Y ahí estaba,
martillando la vigilia de una vieja
puerta,
moviendo un cuadro y una foto
y un balón ponchado y unos tenis
viejos
y la figura central, una tal Amber
Heard
La belleza es la gota que se expande
en un charco de agua,
el alba del medioevo nórdico
que cae del libro que lees;
y sí, esa rubia en tu calendario
de odios y venganzas,
la piedra que lanzas
Poco o nada sé del juicio,
ni de leyes,
no tengo ninguna paloma
de la paz en la mano,
ni la disolución del sujeto
que culpa en un vaso
de whisky o cerveza
Digo: Amber es muy linda
y por un beso o unas palabras de
ella,
y sin temor a darle la espalda,
le ofrecería café de Chiapas,
El Monólogo de Novalis,
la “antropología estructuralista”
del lenguaje inclusivo,
un @, una equis, cinco “compañeres”,
millones de sistemas solares
no binarios
Sí, la idea es quedar bien
Lo demás trata del amor
y la belleza y la locura
Y yo soy Conan El Bárbaro
Allá va mi cabeza,
rodando, por Amber Heard
Luis Daniel Pulido
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