domingo, 19 de junio de 2022

EL PORTERO QUE SURCA EL ESPACIO Y NO SE QUITA SUS AUDÍFONOS



No entreno para jugar los fines de semana,

no hay cálculos, planos de enormes edificios de concreto,

puentes con mecanismos de información:

jugamos tal día a tal hora en Egipto

o en algún remoto espacio de tierra

o en esa geografía confusa del juego:

el pasto sintético

 

Entreno porque me aqueja un barco que se hunde,

una migraña que azota la puerta,

el miedo a quedarme totalmente ciego:

el cuervo que vuela al vacío

y anuncia a sus muertos,

la marea que no cede

 

Llueve

 

Porque la soledad te pone una piedra en la lengua

y nada importa más que el lance,

correr al otro lado,

tocar el poste, alcanzar el travesaño

 

Y hacerlo de nuevo

y hacerlo otra vez

y hacerlo mil veces

 

Hasta que el ruido desaparezca

 

Luis Daniel Pulido

 

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