Dijo “viene
Chayanne a la ciudad”
como si
fuera, de nuevo, estudiante de secundaria,
como única
república del Viejo Mundo,
con ese
furor –polillas incluidas– por el cinematógrafo,
de espaldas
al continente,
proteiforme
diría, pero es demasiado enviarla al Wikipedia
Dijo “viene
Chayanne a la ciudad”
y me señaló
un poster con su corte de pubertas;
no vi, pues,
un tema oceánico ni tenores
ni capos del
bel canto
Reconozco
que tampoco un perro flaco
Que caiga el
meteorito,
el tinte
rojo a los escenarios –digo
Y ella da la
vuelta: va por su boleto
Una pena
–pienso– que tenga un gato
Psss psss
psss psss psss
Luis Daniel
Pulido
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