Ella no se
corrompe con la actualidad
y los
modelos de comunicación:
no tiene
WhatsApp ni epigrafistas
con mala ortografía;
algunos –ver
para creer–
con credenciales
académicas.
Se concentra
en la posición
de un
planeta: Venus, por ejemplo,
y abre
caminos que no auguran una tragedia:
no (todavía)
se va a acabar el mundo.
Dice.
Sentencia.
Ella desafía
la chikungunya,
el paludismo;
puntualiza con
sus labios:
La Selva.
Y me dice “Kun-Balam”
y me abro el
paso entre jaguares.
De barro.
Los de
verdad sí dan miedo.
Y me dice “di
no al tren Maya”.
Y lo digo hasta
el infinito.
Luis Daniel
Pulido
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