No aposté por una ronda
de gatos salvados de la calle,
no di mi vida por los niños
barrigones con diabetes;
acaso vi algo de luz en los
subrayados
de los libros que me prestaron:
en el galope de los caballos en el
hipódromo,
en la sangre a borbotones de los
toreros
heridos en la arena
No honré a los pobres,
no estuve un cuarto de hora hincado
ante dioses, vírgenes, soldados boca
abajo;
acaso vi filtrarse la luz por la
ventana,
una marcha indígena en el Día de
Muertos,
mi pie en el cuello de un contador
público
Yo soy el Gran Hombre con audífonos
Luis Daniel
Pulido
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