Las caricias son los únicos procesos democráticos que conozco,
son determinadas secuencias donde el tiempo y el espacio
constituyen un solo lenguaje. Uno empieza por las manos
hasta llevar a cabo un beso, persuadiendo así tu desnudez
y la mía para ese país perfecto que es la cama, donde las almohadas
no crean distancias y los sueños descansan en cada parpadeo,
cada mirada, de frente a la vida tomados de la mano.
Luis Daniel Pulido.
Akumal, Q. Roo; México
lunes, 30 de octubre de 2017
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Una de las principales preocupaciones es la gente que dejamos
atrás. Yo no dejo a nadie.
Mi compadre, yo te espero. Mientras vuelvas a poner luz a los huecos de la tierra; yo te espero. Te diría que imagino lo difícil de reponerse a un terremoto; pero mi imaginación no da, para la verdad cuando ésta es cierta. Solo puedo sentir que me siento uno más de la causa de seguir resistiendo. Como sabes, he leído los textos, L'ENFER JE SUIS y LOS MUERTOS. Sobra decir que eres un Stone llegando a casa después de cruzar el profundo sur del norte. Observo –emocionado, como en tus palabras se obedece la máxima de un corazón abierto en canal: Vivir para otro día.
Allá en el tiempo, que tardes en volver, recuerda que te espero; imitador, con fraternidad y con respeto.
Sueños, rayos y centellas, me colmaron. Me colmaron sueños, rayos y centellas.
Dulces cenicientas, feministas en su escoba, opio de los buenos y los malos… heroínas en peligro, transformadas, islas del tesoro en un corsé o en pantalones industriales.
Pezón de sal, del mar que navegaba y que navego -ahora entre sueños. Porque a veces en los sueños sigo el mapa, marinero, que conduce a ser el preso del objeto del deseo y voluptuosa sumisión.
Cuanto más quise ser una alhaja, cuanto más quise ser su mascota, cuanto más quise ser el esclavo, más alto me echaron del viento que las buscaba a zancadas.
Y más que mi propia confianza; confiaron en mi débil manera de ser débil.
No diré que me querían. Si hoy me odian merecido me lo tengo. Yo esperaba hacerme parte de sus manos y dejaba de labrar sus horizontes por quedarme acariciado de su ausencia.
Hay quien dice que caminé por la costa, dejando mis huellas sobre la arena nublada que se alzaba hacia las nubes.
Sabía que me iría; pero desaprendí el tiempo y cada espora de mi entrega es olvido del verano y no se olvida del invierno.
Los dolores reales me los bebí con su compañía refrescando los hielos de un ron enemistado y colmena de proyectiles…
Justo a la hora de mi marcha, devolverme a una virtud que nunca es mía, falta quien me quiera; siempre me falta el amor que más necesito y no quiero distinguir entre los otros y yo a base de fuerzas.
A través de las distancias escribo sus nombres como si pudiera seguirles diciendo lo implacables que fueron ante mi oratoria:
Con toda su belleza, con toda su amistad.
Y éste no es un homenaje. Ésta es una revancha. De igual a igual.
Querido compadre, gracias por sus palabras; hay luz en la niebla, luz en las profundidades del océano, una mano amigable y que saca del fango, que da rock y vino y poesía:
Pezón de sal, del mar que navegaba y que navego -ahora entre sueños. Porque a veces en los sueños sigo el mapa, marinero, que conduce a ser el preso del objeto del deseo y voluptuosa sumisión.
Cuanto más quise ser una alhaja, cuanto más quise ser su mascota, cuanto más quise ser el esclavo, más alto me echaron del viento que las buscaba a zancadas.
Regreso al mundo, y con ésta ya son muchas las veces, a ser un Stone. Sobrevivimos y seguimos navegando, compadre
3 comentarios:
Mi compadre, yo te espero. Mientras vuelvas a poner luz a los huecos de la tierra; yo te espero. Te diría que imagino lo difícil de reponerse a un terremoto; pero mi imaginación no da, para la verdad cuando ésta es cierta. Solo puedo sentir que me siento uno más de la causa de seguir resistiendo. Como sabes, he leído los textos, L'ENFER JE SUIS y LOS MUERTOS. Sobra decir que eres un Stone llegando a casa después de cruzar el profundo sur del norte. Observo –emocionado, como en tus palabras se obedece la máxima de un corazón abierto en canal: Vivir para otro día.
Allá en el tiempo, que tardes en volver, recuerda que te espero; imitador, con fraternidad y con respeto.
1.- Canción: https://www.youtube.com/watch?v=xMjDc8MJotU
2.- Mis (Im) propias palabras:
Sueños, rayos y centellas, me colmaron.
Me colmaron sueños, rayos y centellas.
Dulces cenicientas,
feministas en su escoba,
opio de los buenos y los malos…
heroínas en peligro, transformadas,
islas del tesoro en un corsé
o en pantalones industriales.
Pezón de sal, del mar que navegaba
y que navego -ahora entre sueños.
Porque a veces en los sueños
sigo el mapa, marinero,
que conduce a ser el preso del objeto del deseo
y voluptuosa sumisión.
Cuanto más quise ser una alhaja,
cuanto más quise ser su mascota,
cuanto más quise ser el esclavo,
más alto me echaron del viento
que las buscaba a zancadas.
Y más que mi propia confianza;
confiaron en mi débil manera
de ser débil.
No diré que me querían.
Si hoy me odian merecido me lo tengo.
Yo esperaba hacerme parte de sus manos
y dejaba de labrar sus horizontes
por quedarme acariciado de su ausencia.
Hay quien dice
que caminé por la costa,
dejando mis huellas
sobre la arena nublada
que se alzaba hacia las nubes.
Sabía que me iría;
pero desaprendí el tiempo
y cada espora de mi entrega
es olvido del verano
y no se olvida del invierno.
Los dolores reales me los bebí
con su compañía refrescando
los hielos de un ron enemistado
y colmena de proyectiles…
Justo a la hora de mi marcha,
devolverme a una virtud
que nunca es mía,
falta quien me quiera;
siempre me falta el amor
que más necesito
y no quiero distinguir
entre los otros y yo
a base de fuerzas.
A través de las distancias
escribo sus nombres
como si pudiera seguirles diciendo
lo implacables que fueron ante mi oratoria:
Con toda su belleza, con toda su amistad.
Y éste no es un homenaje.
Ésta es una revancha. De igual a igual.
Omar Alej
Querido compadre, gracias por sus palabras; hay luz en la niebla, luz en las profundidades del océano, una mano amigable y que saca del fango, que da rock y vino y poesía:
Pezón de sal, del mar que navegaba
y que navego -ahora entre sueños.
Porque a veces en los sueños
sigo el mapa, marinero,
que conduce a ser el preso del objeto del deseo
y voluptuosa sumisión.
Cuanto más quise ser una alhaja,
cuanto más quise ser su mascota,
cuanto más quise ser el esclavo,
más alto me echaron del viento
que las buscaba a zancadas.
Regreso al mundo, y con ésta ya son muchas las veces, a ser un Stone. Sobrevivimos y seguimos navegando, compadre
Un abrazo
Rolota del maestrazo Young!!
Va esta
https://www.youtube.com/watch?v=pO8kTRv4l3o
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