Son los ángulos de esta mirada perversa,
el lienzo de frutas secas,
los salmos del Cal C Tose
y la mínima distancia
entre el trigo y el chocolate
Es la bolsa de pan,
el callejón sin salida,
el migajón con redoble
Es el oftalmólogo y el último clavo
a los murciélagos de mis ojos
Es la calle donde vivo,
el niño malo que no sale a cuadro
(ver foto)
Soy yo comprándote unas barritas:
mi sueldo de verano con los Raiders,
el rodar contigo en la pendiente
Eres tan bonita
Me quedo dormido
No molesten
Las caricias son los únicos procesos democráticos que conozco, son determinadas secuencias donde el tiempo y el espacio constituyen un solo lenguaje. Uno empieza por las manos hasta llevar a cabo un beso, persuadiendo así tu desnudez y la mía para ese país perfecto que es la cama, donde las almohadas no crean distancias y los sueños descansan en cada parpadeo, cada mirada, de frente a la vida tomados de la mano. Luis Daniel Pulido. Akumal, Q. Roo; México
domingo, 18 de marzo de 2012
EL BLUES DE UN MONSTRUO CHIQUITO
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1 comentario:
Ssshhhhh
Mi bebé duerme, je
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