Que la muerte –en este país de cobardes,
no te alcance dormida ni roce tus rutinas,
tampoco las plataformas donde despegaríamos
ni a los perritos de la calle,
la onza de chocolate después de la comida
Que la muerte –en este país identitario,
decolonial y empirista,
se lleve su amor a la patria
a otro parte
A sus políticos
A sus salvadores
Y los bastones de mando
Que la muerte –en este país de cobardes
que asesina a mujeres y niños,
no pueda contra el escudo marca Acme,
ni con la gotita de miel con agua
para la abejita que vuela en el jardín
por su derecho a manifestarse
Por un mundo mejor
Flores por todas partes
Que la muerte –en este país de cobardes,
no sea la roca suspendida de un hilo
en el estómago,
el miedo a que te pase algo
Una narcoserie –tan lejos de la ternura
y de los escultores barrocos frente al vacío
Y tan cerca de la mirada de los asesinos
Luis Daniel Pulido
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