Te dije que podíamos despertar en un lugar frío,
con la diminuta cantidad de sal a los tacos
y los picos de glucosa por leer los periódicos
Cosas que hagan de oración
o abrazo espontáneo
contra los tardíos arrepentidos de Mao
Patria de narcotraficantes,
Viva México
Y tengo miedo que el espíritu imperecedero
y adolescente de la música –suena John Cougar
Mellancamp en el estéreo,
no alcance para saludar a los que bailan
en los balcones de las casas donde siempre
hubo fiesta
Te dije que no viajaras a esta tierra
–veo de reojo Malena de Giuseppe Tornatore,
el gato de Schrödinger,
el retén y los soldados…
el niño al que su mamá le lava
rápido las manos
Que Dios –al que aprieto en mi puño derecho,
me haga llegar postales tuyas con tu vestido bonito,
todas las tardes, minutos antes de la noche…
Luis Daniel Pulido
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