La gente –esa masa que igual cita a Harold Brodkey
o ve en la televisión gente del espectáculo en el rango
más alto de la frivolidad– anda en la consulta virtual
el chisme, el standupero,
las risas que no son grabadas
A nadie le importa la vulnerabilidad de las cosas sencillas,
la nube que se rompe, el pajarito en la rama,
la señora que ha sido asaltada
y llora por el puñetazo en el rostro
y las cosas que pasaron a otras manos:
el dinero y la foto de su hija con parálisis cerebral
La masa –ese ciclo monstruoso en época de elecciones,
viste de santo a Zoé Robledo, lo que socializa:
jóvenes hijos de otros políticos rateros,
su jardicinto de cheques que les dio mamá y papá
Afuera llueve y estoy asustado:
no puedo mover el brazo,
mi sistema de alerta,
eso que me hacía ir por una pelota
a lo más alto del cielo
y que me gritaran ¡portero!
Que es la mordida del pit bull,
un error en el sistema,
el perifoneo de desastres,
este maldito pueblo
Qué sé yo
Si no le tuviera tanto miedo a la muerte…
Luis Daniel Pulido
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