He llegado solo a la clínica;
afuera, se supone, reforestan,
y es un acto amoroso,
mi reconexión con el ruido,
la hojarasca mojada sobre la tierra
Me preguntan si tengo familiares
o si vengo acompañado de un amigo:
“no tengo”, respondo;
hace tiempo que no camino territorios
comunes ni comento las piezas
expuestas
por las heridas de Centroamérica
Una llamada y hacen una excepción,
breve fauna de un lenguaje de quien
me debe favores, el jardín de atrás
de la casa: procedan, ordenan
Ofrezco mi columna,
la aguja entra:
el sol, imagino, ya ilumina
un pedazo de banqueta
Cierro mis ojos y por un momento
no pienso en nadie
El mar de fondo se encarga de todo
Luis Daniel Pulido
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