Los domingos los oficinistas sacan a pasear a sus hijos,
comen barbacoa y hablan de un sinnúmero de buenos ejemplos;
sus hijos apestan a atún de lata y me provocan esa ternura
que veo en los perritos callejeros
Hay avezados en menús, política, administración pública;
otros en futbol, en iniciativas que impactan directamente
en la organización de flujos de capitales, la estabilidad
de la deuda
Hablan de sus jefes frente a un asador de carnes,
y se pasan la lengua en los labios como signo de que juegan
un papel decisivo en la Historia
La mayoría son contadores –su memoria cultural
son los números– y reciclan auditorias que los salvan
del fraude
No, no, no, ni decirlo, qué horrible, hay niños presentes
Los domingos yo les digo a estos tipos hijos de puta
y –mierda– sonríen
Entonces entiendo que este país no tiene puntos de apoyo
para defendernos como los antiguos vikingos
Toda libertad es cilantro entre los dientes, restos de comida,
ratas que se acercan
Luis Daniel Pulido
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