Nos citamos –ya sabes, hay ciertos tipos
de contagios, y el amor es el más frecuente–
en el Café San Carlos,
a la hora convenida: 6 de la tarde
por aquello de la cábala,
la suerte sugerida, la metafísica
Antes cruzamos miradas,
medimos el terreno:
soltaste tus cartas y apunté
a lo más cerca de tu corazón
un par de jaque mates,
el braceado de quien nada
sin preocupaciones en círculos
o línea recta y toma tus manos
y habla de poesía,
de Senegal y su luna llena,
de retrasar –por lo feliz que soy–
la cuenta, el mar abierto
Toda una vida contigo,
a ciertas horas,
como son estas cosas
de las redes sociales
y los faros luminosos
en la niebla
Luis Daniel Pulido
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