¿Qué es la noticia? Sí,
eso que ves, que lees, que te “informa” y te hace “crítico”. La noticia,
moderna y primitiva, roja o amarilla como acto trágico que te redime de culpas
y responsabilidades y te lleva a un mundo imaginario donde se robotizan las
ideas.
La noticia, lugar común, sí, conecta los
ejes en los cuales este país se mueve: del espectáculo al chisme que corre, del
exceso cognitivo a la inercia de su flujo, todo pasa ante nuestros ojos y todo
se sube a la red, pues la noticia es el alimento del alma, y se come como se
comen las sobras que te deja el gran banquete de la popularización de los
hechos.
Sabemos todo, y siempre estamos a
disposición del contingente en turno; liberemos presos políticos ¡Viva!; di no
a la privatización de SMAPA ¡Viva!; el ex gobernador de Chiapas es el ladrón
más grande del universo ¡Viva!; acusemos con mil dedos la corrupción ¡Viva!
La noticia es la periferia, jamás el
centro, no es discernible, es localizable y te hace parte del juego, nada más.
La noticia es el detonante, te hace ocupar
un lugar en primera fila, y puedes llegar al fondo de las cosas, pero –diablos–
el chiste es la escenificación, el escándalo, el asumir de un bocado todas la áreas
denunciables porque de “algún lugar de la selva” a ese pequeño espacio de tu mesita de trabajo, la noticia, que pasa
ante nuestros ojos, nos permite ejercer con éxito la libertad de expresión como
una sociedad que espía en el ojo de la cerradura, y por lo que ve del otro
lado, irónico, se da cuenta que existe:
Zeta 40, estás nominado
Granier, estás nominado
Juan Sabines Guerrero,
estás nominado
Enrique Peña Nieto,
estás nominado
LARGO ETCÉTERA, estás
nominado
Y en este circo de emociones, mientras no
se trascienda las redes sociales, hasta los virus de las computadoras se volverán
totalitarios. En fin.
Luis Daniel Pulido.
1 comentario:
Yo no sé si eres escritor o peota, pero sé que eres un hombre, en toda la extensión de la palabra
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